
Sin embargo, en su último trabajo, Miranda se encuentra más cómoda en las canciones más suaves, como muestra en el primer single "Dead Flowers", en "White Liar" o en "Love Song". Ahora en pleno desarrollo como vocalista y madurado significativamente como compositora, evita la ira y frustración presentes en sus anteriores trabajos para mostrarse como una persona feliz, una emoción inédita hasta ahora en la tejana... seguro que la influencia de su pareja Blake Shelton, ha ido más allá de lo exclusivamente sentimental.
Miranda siente que ya no necesita demostrar que es una niña mala para triunfar en el mundo de la música. Revolution es un trabajo más sensible, tranquilo y lleno de matices. Por primera vez en su carrera, se muestra como esa intérprete más sobria y emotiva que muchos han creído que podía ser. Los productores Frank Liddell y Mike Wruck no están, sin embargo siempre a la altura requerida, en particular en las pistas del álbum más rockeras que aparecen como demasiado genéricas, descuidadas y faltas de carácter.
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