
Es como si todo ese dolor acumulado durante los últimos años lo hubiera volcado en este disco, utilizándolo a modo de válvula de escape emocional, de tabla de supervivencia, como si de una oportunidad de catársis personal se tratara. El álbum nos muestra a una artista reflexiva y amable, sin duda el registro más tranquilo y sincero que haya grabado, aunque ella sólo haya coescrito alguno temas. Ciertamente se incluyen algunos temas de relleno, como nuevas versiones de sus dos mayores éxitos ("Guys Do It All the Time" y "Ten Thousand Angels") que en nada contribuyen al disco pero que después de todo lo que ha pasado deberíamos considerar mostrarnos indulgentes con la artista. En última instancia, lo que importa en I'm Still Here es que gran meritoria demostración de emoción de una superviviente.
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