Marshall Chapman es una de esas artistas con más de treinta años de su carrera como cantante/compositora y que ha lanzado una serie de álbumes críticamente aclamados pero que, sin embargo, no ha conseguido el respaldo del público ni por lo tanto ese éxito comercial que muchos creen merece. El pasado 26 de octubre editó su nuevo trabajo Big Lonesome. El proyecto comenzó en realidad como un disco de duetos junto a su amigo Tim Krekel. Sin embargo, las cosas no salen siempre según lo planeado puesto que Tim murió de cáncer sin poder culminar el proyecto.
Los sueños se desvanecieron, los conciertos fueron cancelados, lo único que la consoló fue recogerse en su guitarra y componer nuevas canciones inspiradas en lo más profundo y verdadero de su corazón. Finalmente, Marshall decidió seguir adelante en solitario incluyendo tres temas que compuso junto a él antes de su muerte. El propio artista aparece en dos canciones, incluyendo la que da título al disco, la última vez que ambos tocaron juntos aunque en realidad su memoria parece ser una presencia invisible y permanente absorbida por la música. Coproducido por Michael Utley y rodeada por un grupo estelar de músicos para respaldar su voz y guitarra rítmica sus visiones musicales cobran vida. El álbum presenta sobre todo música country moderna, con algunas incursiones en un blues vocal y el sonido del jazz es ante todo, un ejercicio que le ha servido al mismo tiempo como homenaje y catársis por un amigo perdido. No es fácil traducir en palabras todo el dolor y tristeza, pero la imagen de la portada del disco con la foto de Tim habla por sí misma de la sincera y desgarradora tristeza por su muerte sólo tres meses después de ser diagnosticado de esa enfermedad.
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