Merle Haggard - Working In Tennessee

Como Willie Nelson, Meryl Streep, los gatitos o la propia tarta de manzana, hay quien piensa que Merle Haggard ocupa un lugar en la cultura norteamericana más allá del alcance de la crítica. A lo largo de su carrera que abarca casi cinco décadas, más de una docena de álbumes llegaron a ser número uno, más de tres docenas de singles llegaron a lo más alto (1966-1987), junto con Buck Owens fue responsable de popularizar el sonido Bakersfield en los sesenta y en la década de los setenta al frente del movimiento outlaw (papel muy creíble dada su condición ex convicto por robo a mano armada antes de iniciar su carrera musical).

A parte de todo lo anterior -que es mucho- siempre ha destacado por la calidad de sus composiciones. Desafortunadamente, hay muy poco de todo lo anterior en su nuevo álbum que ni de lejos se acerca a la calidad de sus mejores trabajos. A sus 74 años ese timbre barítono de voz calmada que evoca a humo, cicatrices y whisky aún suena bien, y su grupo (The Strangers) están en buena forma, pero las 11 canciones que componen el disco 49 de su carrera, y los 35 minutos no explican la urgencia de editar un nuevo trabajo tras su estupendo disco anterior I Am What I Am del año pasado. No es un mal disco, los fans podrán disfrutar de otra entrega más de su héroe pero uno no puede dejar de esperar que Merle consiga encontrar a su Rick Rubin particular, aquel productor/ejecutivo que convenció a Johnny Cash para que grabase la estupenda serie American Recordings.