miércoles, 11 de marzo de 2009

Shut Up and Sing: La música country y la política

En más de una ocasión he comentado en este foro que la música country -más allá de Estados Unidos- está lastrada por prejuicios injustos basados en el más absoluto desconocimiento de este género musical. Comparto mi afición por la country music con mi admiración por otros géneros como el blues, el jazz, el rnb o el soul con los que disfruto de igual manera, pero sólo en el caso del country quienes no comparten mi afición conmigo -en muchos casos ni siquiera han dedicado un minuto de sus vidas a conocerlo- se han mostrado irrespetuosos y han formulado todo tipo de acusaciones casi nunca relacionadas con una cuestión estrictamente musical.

Seguro que a menudo han despreciado vuestos gustos musicales tildandola como "esa música yanki" (con toda la carga despectiva que incluye ese término) confundiendo política y música. Es una carga que todo amante de este estilo musical debe preparse para soportar. El problema de aquellos que desprecian a la música country simplemente por considerarla "reaccionaria" radica en el gran error que cometen de mezclar política con música. El hecho de que disfrute con ella no me convierte en absoluto en defensor de la política de la administración (republicana) norteamericana. Os traigo aquí un interesante artículo que creo contribuye a un mejor conocimiento de las relaciones entre política y música country a lo largo de la historia. Espero que ayude a formar un mejor criterio sobre esta cuestión evitando caer en estereotipos simples y en todo caso sirve para reafirmarme en que la música country está por encima de disputas políticas estériles. Just Enjoy It!!

En 1974 Richard Nixon se dirigió en estos términos a su auditorio en Grand Ole Opry: "la paz del mundo en las generaciones venideras, quizás en los próximos siglos, no dependerá sólo del poderío militar norteamericano… ni de nuestra riqueza… sino que dependerá en nuestro carácter, de que creamos en nosotros mismos, de nuestro amor hacia nuestro país, de nuestra voluntad no sólo de enarbolar nuestra bandera sino también de defenderla. Y la música country hace precisamente eso". Arropado por cantantes como Johnny Cash o Merle Haggard, Nixon estaba convencido de que la música country era la voz de la mayoría silenciosa que vertebraba Estados Unidos. Y si ya en aquella época las estrellas del rock eran bastante reacias a salir en las fotos con Nixon, poco ha cambiado desde entonces; mientras el mundo del rock, con escasas excepciones, es coto izquierdista, el mundo del country sigue siendo la reserva conservadora norteamericana.

Aunque la verdad es que no todo es igual. A mediados de los 70 apareció una corriente dentro de la música country, el outlaw movement, que defendía posturas pacifistas (aunque incluso en los momentos de mayor protesta contra la guerra del Vietnam aparecieron numerosas canciones a favor de la misma). Encabezados por Willie Nelson, el liberalismo de la época pareció abrir brecha en el hasta ese momento sólido ambiente country. Hank Williams Jr. fue la figura que revertió esta tendencia, aprovechando el final de la guerra de Vietnam y de la Guerra fría y el nuevo clima cultural que se respiraba en la época de la revolución reaganiana. Algunos de sus éxitos atacan los impuestos elevados, las restricciones a la posesión de armas y se muestran muy críticos con un Congreso dominado por el Partido demócrata y en especial con la ciudad de Nueva York.

El siguiente momento clave para entender la evolución de la música country es el 11-S, el ataque que conmocionó a la sociedad norteamericana en todos sus ámbitos, también en la música. Algunas canciones se reciclaron ("A Country Boy Can Survive" pasó a ser "America Will Survive"), otras se crearon expresamente para manifestar el dolor, la rabia o la unión bajo la bandera que miles de norteamericanos deseaban expresar. Pero después llegó la guerra de Iraq y la discusión acerca de su necesidad y acierto también se ha trasladado al mundo del country. Algunos, muy minoritarios, se han declarado contrarios a la guerra, como las famosas Dixie Chicks, que sufrieron un durísimo boicot por este motivo. La mayoría ha cerrado filas a favor de la intervención y sobre todo en apoyo a sus soldados, temiendo quizás que pudiera repetirse la trágica experiencia de Vietnam en la que unos jóvenes que se jugaban la vida en un país lejano eran recibidos con frialdad cuando no desprecio en su propio país. Toby Keith con su "The Angry American", Darryl Worley con su "Have You Forgotten?", Trace Adkins y "Arlington" o Clint Black y su "Iraq and Roll" son algunas de las muestras más evidentes de este posicionamiento.

La última aportación en esta línea es la de nuevamente Toby Keith, cuyo videoclip "An American Soldier" es uno de los más bajados en Internet, desmintiendo así que Estados Unidos sea un país oscilante entre Nueva York y Hollywood y adicto a la MTV. Curiosamente, Toby Keith se declara demócrata, mejor aún, un conservative democratic, o sea, un demócrata del Sur que, considerando a Kerry demasiado liberal y demasiado poco patriota, invitó públicamente a votar por Bush. Aunque también tenemos a cantantes, como el legendario Merle Haggard, que en los momentos álgidos de la guerra del Vietnam criticó a los pacifistas con canciones como "The Fighting Side of Me", que se ha posicionado en contra de la guerra de Iraq. Su postura, en difícil equilibrio, es de oposición al tiempo que de apoyo a los soldados norteamericanos, evitando en todo momento aparecer como izquierdista. Quizás por eso, junto a su último single, "Rebuild America First", aparece haciendo un dúo titulado "Politically Uncorrect" en el último disco de Gretchen Wilson en el que afirma estar a favor de la bandera y con los soldados que luchan por su tierra.

Publicado por Jorge Soley Climent el 03-05-2006 en American Review


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